Si te fijas, lo hacemos todo al revés. Confiamos en las personas equivocadas. Nos enamoramos de malas personas, que nunca nos corresponderán. Lloramos cuando debemos reír, y reímos cuando debemos llorar. Prestamos atención a quien menos se lo merece, y dejamos de lado al que más la necesita. No aprendemos de las lecciones que nos da la vida, pero sí que lo hacemos de las críticas y los insultos. Si uno va, vamos todos. Nos equivocamos en los peores momentos, y cuando hacemos algo bien nadie se da cuenta. La mayoría sonreímos cuando nos deberíamos cagar en su puta madre. Decimos “Le odio”, cuando en realidad es “Le quiero”. También “Le olvide”, cuando le sigues queriendo como el puto primer día, aunque sea un cabron. Damos consejos que no seguimos ni nosotros mismos. Nos amargamos la vida pensando en el pasado, y malgastando el presente. Sabemos que no tenemos posibilidades, pero seguimos mirándole como tontas, no podemos evitarlo. Nos sentimos lo peor, cuando es nuestro mejor momento. Nos sentimos geniales, cuando los demás sufren. Nos divertimos cuando hay que estar serios. A mi ya nada me parece normal.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
¡Me encanta todo tu blog! Te sigo :)
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