Hay personas que entran en tu vida y lo cambian todo. Personas por las que vale la pena parar, esperar y valorar; valorar lo que realmente importa: los detalles, las pequeñas cosas, cosas como el agua del mar, las nubes, una mirada de esas que lo dicen todo, unos ojos como los tuyos, el modo en el que sonríes, los huracanes del estomago, esos detalles que hacen que todo tenga sentido. Son esas pequeñas cosas las que provocan que salga corriendo, sin importar hacia donde, siempre y cuando el destino seas tu.