Hola, estoy aquí para contar mi historia. La mía, la de verdad. Para hablar sobre mi. Y sobre él, para variar. Empezare diciendo lo básico: No soy una santa. Pero tampoco una mala persona. Soy tímida, rara en muchas ocasiones, y tengo mis paranoias y teorías sobre todo. Tengo épocas muy malas. Pero soy feliz. Conozco a muchos gilipollas. Pero doy las gracias por tener a mi gente conmigo, a mis amigos y a todos los que merecen la pena, cerca. Soy celosa. Me da miedo la humillación publica y me pongo muy nerviosa cuando mucha gente me mira a la vez. Tengo tropecientos mil defectos y pocas virtudes. Me gusta almacenar recuerdos, la fotografía, y que me quieran. Y, esa, básicamente, soy yo. Bien, ahora que ya me conocéis, supongo que podréis entender mi historia. Es larga de contar, creerme. La resumiré. Sigo completamente enamorada de ese gilipollas al que llamo mi primer amor, después de casi cuatro años. Del mismo gilipollas que me a roto el corazón tres mil veces. Del mismo gilipollas, al que el destino esta empeñado en mantenerme pegada. Del mismo gilipollas que lleva tanto tiempo en mi cabeza. Del mismo gilipollas, del que estoy absolutamente obsesionada. Del mismo gilipollas al que odio. Del mismo gilipollas que nunca me querrá. Y, eso, lo resumo todo en tres palabras: no se olvidar.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
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