Quiero oír un "te quiero" de su boca, no de ninguna otra. Quiero que me llegue un mensaje suyo al móvil a las diez de la mañana que diga: BUENOS DÍAS PRINCESA. Quiero que me deje su sudadera cuando tenga frió (aunque haga 40 grados), si una de esas que me encantan. Quiero que sonría siempre al verme, siempre, prohibido no hacerlo. Quiero que a las doce de la noche, me lleve a ver los fuegos artificiales en la playa. Quiero que me siga siempre el juego, que se quiera divertir conmigo todos los días. Quiero ser la primera cosa en la que piense al despertarse y la última al dormirse. Quiero que todas las canciones bonitas le recuerden a mi. Quiero que cuando le hablen de mi se quede pensativo y sonría, mirando al suelo. Quiero que se quede con la vista fija en mi, mucho tiempo, que no me quite los ojos de encima. Quiero que cuando le pregunten por mi diga alguna cosa bonita de las suyas, algo así como que soy suya. Quiero que me llame y me pregunte como estoy, si le echo de menos. Quiero que cuando vea mis fotos tenga unas ganas enormes de abrazarme, de tenerme con él. Quiero que cada día me diga eso de "estamos hechos el uno para el otro". También eso de que el verano esta para divertirse y para estar conmigo. Quiero que me diga que nunca se ira.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
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