Ahora mismo solo puedo pensar y comerme la cabeza. Es increíble
como las cosas que pasan de repente, sin que quieras, sin que te lo imagines,
te joden y mucho. Ahora mismo, me siento una mierda. Ahora mismo, querría
morirme. Ahora mismo, siento que he defraudado a mucha gente por algo que ni yo
quería hacer, algo que he intentado evitar, sin suerte. Ahora mismo, me siento
sucia. Ahora mismo, querría no haber salido de casa. Ahora mismo, me doy cuenta
de que hay cosas que no se pueden cambiar. Y, ahora mismo, siento que todo el
mundo me odia o me tiene asco. Ahora mismo siento que mis amigas estarían mejor
sin mí. Ahora mismo querría dejar de llorar y sonreír. Ahora mismo querría
dejar de pedir perdón por algo que yo no he hecho, pero no puedo. Porque, por
mucho que yo no quisiera, siento que la culpa es mía. Ahora mismo querría
decirle a una persona que vale mucho más que yo, que lo siento, que estábamos juntas
en esto, que no quería que nada de esto pasara, que para mí esto no cuenta. Que
para mí esto seguirá igual, nada va a cambiar, porque esto no cuenta. Esto, aquí
se queda. Yo lo voy a olvidar. Nada de lo que sucedió ha pasado en realidad.
Nada de esto es verdad. Simplemente, porque yo no quiero, porque no quería y
porque no querré.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
Comentarios
Publicar un comentario