"La gente va desapareciendo, ¿sabes? Pero en eso no hay nada que hacer, no podemos cambiar las reglas en un mundo que ni siquiera hemos creado. De echo, es lo primero que aceptamos al nacer; marcamos la casilla de "He leído y acepto las condiciones y términos de uso". Pero que va, nadie las lee. Ni siquiera las aceptamos, esas reglas que vienen implantadas por naturaleza. Una de esas reglas, habla sobre el amor. Dice que no hay ni tenemos porque tener ese gran amor de nuestra vida, ni medias naranjas ni limones. Que no tiene porque haber esa persona que este dispuesta a querernos. Que no es malo tropezarse con una piedra, lo peor es cogerle cariño a la piedra. Otra de esas reglas habla sobre el talento. Dice que no sirve de nada el talento sin disciplina. Que trabajes, que trabajes y que te mates a trabajar. Solo tú decides si sigues o si te caes a suelo. Que no existe la palabra fracaso, que solo existe aprendizaje y éxito. Hay una regla que habla sobre la felicidad. Nos viene a dejar a entender que la felicidad no es una meta, que no es el final de un camino, sino todo el recorrido que hemos echo para llegar asta nuestra propia felicidad. Que cada uno tenemos una felicidad distinta. Y después de lineas y lineas sobre derechos y cosas que debemos respetar; que están tachadas y saltadas, violadas por muchísimos, habla sobre un tema que nadie puede evitar: la muerte. Y la muerte, la pasamos todos, y da igual quien seas y como seas y de donde vengas. Hay otra regla que siempre nos saltamos, que ni siquiera nos acordamos de ella. Dice algo así como: "Si estas aquí, sonríe, porque significa que estas viviendo"
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
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