Te he escrito cientos de veces, he hablado de ti a todo el
mundo con la boca vacía de dudas, he jurado y perjurado que si tú me lo
pidieras dejaría de tener miedo. Me he hartado de justificar tus errores, he
llenado silencios gritando tu nombre y he besado otros labios deseando que
fuesen los tuyos. He llorado tu ausencia y tu desprecio en las noches de
verano, cuando no podía parar de escuchar todas esas canciones que no hacen más
que hablarme de ti. He bebido para recordarte sin que duela, para poder simplemente
pensarte y dejar los bajones para la cama. No he parado ni un segundo de
pensarte desde el día en el que dejaste de hablarme, porque fue entonces cuando
empece a quererte. A ti, porque me matas cada vez que creo que hay esperanzas. Te he perdido y te he recuperado tantas veces que ya es rutina. He dejado que salvaras mis noches y te he buscado en todos los ojos de las calles. Y lo peor es que sigo esperando que vuelvas.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
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