Recuerdo cuando era pequeña y me llevabas a dar esos paseos.
Las mañanas de verano de toda mi infancia, lo bien que me tratabas y lo mucho
que te necesitaba. Lo que nos reíamos los tres. No puedo creerme que ya hayan pasado dos años desde que te
fuiste para siempre. Y me quede con tantas cosas sin decirte. Odio pensar que no me veras hacer tantas
cosas. No sé dónde estás, pero estoy segura de que la estas armando buena, como
siempre. Sé que en el fondo soy igual que tú y no hay nada que me enorgullezca
más. Siempre voy a admirarte por esas ganas de vivir, esa vitalidad y esa
felicidad que siempre desbordabas. Nunca te olvidare, da igual el tiempo que
pase, siempre serás mi ángel. Y es que tú deberías haber sido eterna. Porque
eras de esas personas que se te quedan dentro, dentro de todos los que te
conocían. Porque irradiabas sonrisas y alegría, porque contigo todo estaba
bien. Era imposible estar triste a tu lado, tú te encargabas de eso. Odiabas
pasar desapercibida y traías la calma allá donde ibas, y eso que tú de estarte
quieta poco. Aún recuerdo tus “amigos hasta en el infierno”. Cada día tenías
nuevas ideas y nuevos planes, cada día era una nueva oportunidad para
disfrutar. Eras tan grande, tan fuerte, que siempre seguirás en todos nuestros
corazones. Y hoy solo quiero decirte que espero llegar a tener la vida que
querías para mí y que espero vivirla como tú, siempre feliz, siempre. Te
echamos mucho de menos amama. Te quiero mucho. Gracias por cuidarme desde allí arriba.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
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