Me acojonaba quererte de más, porque yo de olvidar no sé una mierda. Y te escribo en pasado porque es donde me gustaría que estuvieras. Quizás debería haberte advertido de mi estúpida manía de enamorarme sin que me den motivos, de obsesionarme con lo imposible.
Hace tiempo que te fuiste, que huiste, que escapaste. De mi. Dejándome aquí, sola y obligándome a enfrentarme a la realidad de un invierno sin tus palabras. Joder, el haber puesto una venda en una cicatriz no te daba derecho a abrir otra.
Hoy dueles más que nunca, pero es bonito; porque si escuece es que esta curando.Y no creo que haya nada más aterrador que la sensación de mil agujas clavándose contra mi pecho, exceptuando tal vez el inminente vació de una vida sin ti.
Estoy aquí, muerta de miedo por escribir esto. Porque cuando lo haga ya no habrá vuelta atrás. Allá voy: te voy a borrar, amor. Te voy a sacar por fin del único lugar en el que nunca quisiste entrar. Voy a olvidarte por muy negada que sea en ese arte.
Me arañabas la vida y no puedo pedir más. Y reconozco que sufrir por ti ha sido una de las mejores formas de ser feliz que recuerdo, una de las mejores formas de salvarme.
Por eso nos empeñamos en seguir sintiendo amor, por eso nos obsesionamos y nos privamos de olvidar. Porque es mucho más fácil ser feliz imaginando una vida al lado de alguien que te destroza, aunque duela, en lugar de ser feliz únicamente por nosotros mismos.
Ahora tendré que hacerme feliz yo misma, al fin y al cabo estoy empezando a tenerme cariño y todo.
Y me parece que tú ya eres un poco como una herida a medio cerrar. Tan como el último trago de una borracha como yo, que bebí decenas de botellas rezando por que fuesen tus labios, que suplique al alcohol que me desinfectara de ti sin éxito.
Voy a aprender a sobrevivir sin ti, aunque me deje la vida en el intento. Esto es un adiós, cariño. Y este, es de verdad el último.
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