Reconozco que soy una puta llorica, que hay días que la mejor de mis opciones seria quedarme en la cama y que a veces la vida me harta. Pero supongo que nos pasa a todos; creemos que nuestros problemas son demasiado grandes y nos quejamos de todo lo que nos pasa. Últimamente he estado pensando, recapacitando sobre las cosas. Y me he dado cuenta de que lo tengo todo.
He visto las lagrimas del hombre más inteligente y bueno que conozco, mi padre, al quedarse huérfano; y justo después de eso su sonrisa para decirme que todo iría bien. He visto como mi mejor amiga perdía a su hermana pequeña por culpa de un tumor y seguía adelante; para mi ella siempre sera una valiente. He visto como la persona más fuerte que conozco perdía a su padre y con él una parte de si misma, la he visto sufrir una depresión y un desorden alimenticio; y aún así juraría mil veces más que ella puede con todo. He visto a mi madre regalando su bondad y su corazón de oro, y he visto a mis abuelos luchando desde que nacieron, orgullosos de ser obreros.
Todos ellos para mi son un ejemplo de superación y de admiración. Son mis cimientos. Mis mayores héroes.
Soy consciente de la cantidad de suerte que tengo. Suerte de nacer donde he nacido, de tener un nivel de vida que me permite recibir una buena educación y un plato de comida en la mesa cada día. Suerte de contar con una familia, pequeña pero que lo daría todo por mi. Suerte de tener a los mejores padres del mundo, que lucharían contra gigantes solo para verme feliz. Suerte de tener amigos que siempre van a estar conmigo, con los que hablar de todo, con los que compartir secretos y tardes de risas. Suerte de contar con personas que harían lo que fuera por ver mi sonrisa, suerte de compartir mi vida con gente que me transmite tanto, gente de confianza con la que comparto miles de recuerdos y momentos.
Por eso, creo que hoy tengo que agradecértelo.
Gracias vida, aunque te vayas a reír de mi toda tú, aunque seas horriblemente difícil y aunque me vayas a joder como nadie me ha jodido. Gracias por darme todo lo que tengo, aunque vayas a quitármelo. Gracias, por la vida que no cambiaría por nada en el mundo.
He visto las lagrimas del hombre más inteligente y bueno que conozco, mi padre, al quedarse huérfano; y justo después de eso su sonrisa para decirme que todo iría bien. He visto como mi mejor amiga perdía a su hermana pequeña por culpa de un tumor y seguía adelante; para mi ella siempre sera una valiente. He visto como la persona más fuerte que conozco perdía a su padre y con él una parte de si misma, la he visto sufrir una depresión y un desorden alimenticio; y aún así juraría mil veces más que ella puede con todo. He visto a mi madre regalando su bondad y su corazón de oro, y he visto a mis abuelos luchando desde que nacieron, orgullosos de ser obreros.
Todos ellos para mi son un ejemplo de superación y de admiración. Son mis cimientos. Mis mayores héroes.
Soy consciente de la cantidad de suerte que tengo. Suerte de nacer donde he nacido, de tener un nivel de vida que me permite recibir una buena educación y un plato de comida en la mesa cada día. Suerte de contar con una familia, pequeña pero que lo daría todo por mi. Suerte de tener a los mejores padres del mundo, que lucharían contra gigantes solo para verme feliz. Suerte de tener amigos que siempre van a estar conmigo, con los que hablar de todo, con los que compartir secretos y tardes de risas. Suerte de contar con personas que harían lo que fuera por ver mi sonrisa, suerte de compartir mi vida con gente que me transmite tanto, gente de confianza con la que comparto miles de recuerdos y momentos.
Por eso, creo que hoy tengo que agradecértelo.
Gracias vida, aunque te vayas a reír de mi toda tú, aunque seas horriblemente difícil y aunque me vayas a joder como nadie me ha jodido. Gracias por darme todo lo que tengo, aunque vayas a quitármelo. Gracias, por la vida que no cambiaría por nada en el mundo.
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