Todos tenemos un lado cursi, solo que algunos saben esconderlo mejor que otros. Una sonrisa al teléfono. Un te quiero. Un beso. ¿A quien no le gusta que le quieran? Incluso el que tiene miedo de sufrir, quiere un poco de amor en su vida. Es tan simple como eso. Todos queremos lo mismo. Alguien que nos entienda, que nos complete, alguien con el que vivir el resto de nuestras vidas. Alguien que nos haga feliz en cualquier parte, rincón y lugar del mundo. Alguien que simplemente nos quiera tal y como somos, que se haya enamorado de nosotros, que quiera una vida a nuestro lado. Todos queremos lo mismo.
Sé que no es fácil entenderme, sé que construyo castillos en el aire, sé que a veces dan ganas de matarme. Sé que muchas veces resulto insoportable, que vivo en mis cuentos y no hay quien me saque, que me pongo a hablar y no hay quien me calle. Sé que de un segundo a otro cambio de opinión, que con mis sentimientos no me aclaro ni yo, que no digo nada que alguien no haya dicho ya. Sé que me ahogo en un vaso de agua, que me aferro a lo que me invento para no tener que mirar a la cara de la realidad, para no tener que enfrentarme a la vida... Pero ¿cómo no quieres que crea en la magia si la veo, la siento y la llevo muy dentro desde hace tanto tiempo? Cuando miras hacia arriba y sientes cómo el cielo roza tu nariz, cuando irrumpe en tu piel el sol para darte calor, cuando te hace llorar una canción, cuando tienes siete sonrisas tan bonitas a tu alrededor, cuando ríes tanto que se te acelera el corazón, cuando la intensidad l...
Comentarios
Publicar un comentario