No
eres la talla de tu sujetador, ni la anchura de tu cintura. No eres el color de
tu pelo, el color de tu piel o el color de tu lápiz de ojos. No te defines por
la cantidad de atención que obtienes de los hombres. Eres las cosas con las que
sonríes, las palabras que dices y lo que te imaginas antes de dormir. Eres los
sentimientos y los pensamientos que tienes. Eres todos los momentos que has
vivido con todas las personas que has conocido. Eres preciosa, no por la forma
de tu cuerpo o por la belleza de tu rostro, sino por la calidad de persona que
eres.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
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