¿Sabes porque? Porque tengo miedo. Porque tuve miedo. Y porque sé que seguiré teniendo miedo. De abrir mis heridas, que todavía ni siquiera están curadas. Porque si fuera fácil todo el mundo tendría a alguien. Que no estoy preparada para creerme las mentiras de nadie. Bastante imbécil me he sentido ya durante estos años. Envidio a esa gente que olvida rápido. He querido ser una de esas personas desde que te conocí. Deseaba más que nada en el mundo que se me pasara esta obsesión de ti, creerme eso de que el tiempo lo cura todo. Pero son todo mentiras. Los años, los meses, las semanas y los días. Pasan. El tiempo pasa. Pero, por mucho que haya pasado, juro que no ha habido ni un solo día en el que me haya despertado sin ganas de verte, ni uno en el que no haya pensado en tu sonrisa, en el que no hable de ti.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
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