Hoy, es mi último día como quinceañera. En realidad, solo me quedan poco más de ocho oras para dejar de tener 15 años. Y es algo increíble. Nunca voy a volver a ser tan joven como lo soy en este momento, no voy a volver a tener quince años, nunca más. Porque, aunque no lo parezca, la vida pasa demasiado rápido. Si parece que fue ayer cuando estaba en primero de la eso y me comportaba como una tonta. Y mírame ahora. Tengo casi 16 años y estoy apunto de terminar la eso. Como vuela el tiempo. He cambiado mucho desde entonces, tanto físicamente como por dentro. Aunque hay cosas que nunca superare, bien se yo eso. Todavía no me lo creo. Ha sido un gran año, me han encantado mis 15. He sido muy feliz, realmente creo que los he disfrutado, los he vivido de verdad. No me arrepiento de ello. Toca despedirlos como se merecen. Y tengo buenas esperanzas en los dulces dieciséis. Me siento tan llena de todo. Y creo que tengo que sonreír. Porque, estoy viva. Tengo las mejores amigas y la mejor familia del mundo. Y porque mañana seré un poco más vieja. Por todo eso, creo que soy una persona con suerte, una persona afortunada. Sé que habrá problemas, pero también sé que los podre superar.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
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