Me gustaría que te dieras cuenta: hay varias personas que siempre estarán ahí para ti. Y yo soy una de ellas. Pero tu no lo ves, no eres consciente. Siempre he querido estar contigo, no sabes lo que daría por evitar tus lagrimas y ayudarte; consolarte y sacarte una sonrisa en medio del llanto. No sabes lo mucho que odio que no me dejes entrar en tu cabeza para ayudarte. Odio que no me creas capaz de comprenderte, que pienses que no me importas. Yo lo daría todo por ti, para eso están las amigas. Pero es inútil, sé que no me crees. Te juro que intento y intento estar a la altura, también reconozco que fallo; pero quiero que seas feliz. Por favor, entiende que yo soy la que más pierde de todas las que estamos metidas en esto, y es injusto. Alguien debería comprenderme, yo soy la única que sale mal parada aquí. Y sé que es un pensamiento completamente egoísta, pero es lo que siento. Por eso solo te pido una cosa: no quiero perderte. No me merezco eso. Por todos los momentos, por todas las risas, las cosas inolvidables que no se pueden contar, la complicidad y las anécdotas. Todos estos años no se pueden echar por la borda. Solo recuerda que me tienes aquí para lo que quieras, estés donde estés. Siempre.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
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