Escribirte. Como si fueras a leerme, como si te importase
lo que piense. Como si fueras a entenderme. Como
siempre. Hablando de lo que saben hasta los más tontos, de lo
innegable, de único que sé. Un día me falló quien menos imaginaba, y entendí
que las promesas hay que cumplirlas, y que de los actos hay que hacerse cargo,
aunque sea tarde. Por eso hoy lo reconozco, aunque ya este claro para muchos. Reconozco que no hay un puto día en el que no estés presente, en el que no te nombre, en el que no hable de ti, en el que no te escriba. Que al verte me muero por hablarte, porque en el fondo me duele que nos ignoremos, porque nunca, ni un solo minuto, has dejado de importarme. Que echo de menos como nos tratábamos antes, aunque ahora nos llevemos mas o menos bien, echo de menos hacerte la vida imposible. En aquella época, me daba igual, si te reías de mi o conmigo. Porque, si; es difícil fingir que no me importas. Ya no me quedan fuerzas para hacerlo, malgaste mucho tiempo diciendo que no a todo lo que tenia que ver contigo. Que soy una cobarde, que no puedo afrontar la vida sin quererte, que no sé como vivir sin que estés tú. Que no sé, ni quiero saberlo. Cumplo condena, por ese mal día en el que me fije en ti y en todo lo que eso supuso. Yo, que me quiero olvidar de todo lo que me has echo pasar, de la cantidad de cosas que he tenido que aguantar, de los momentos en los que quería ser otra para llamar tu atención. De lo muy masoquista que soy, y lo poco que me importa. Porque siempre habrá una parte de mi a la que le seguirás importando, siempre habrá algo que recuerde y que eche de menos de ti.
¿En que jodido momento se te ocurrió pulsar sobre mi nombre para poner un simple "hola"? Dime, ¿por que decidiste hablarme precisamente a mi? Seguramente, la rutina te harto, necesitabas algo que hacer y alguien con quien charlar. Seguramente, no lo pensaste mucho. Seguramente, fue una tontería. Quizás no tenias nada mejor que hacer. Tal vez el aburrimiento te pudo y solo querías algo de entretenimiento. Pues, siento decírtelo, te equivocaste de persona. Aunque parece que ya te has dado cuenta. Lo que me jode es que ya han pasado ocho meses desde la primera vez que me hablaste. Y, has seguido haciéndolo. Eso es lo peor. Porque al principio, me daba igual. Me dabas igual, más bien. No me importabas para nada, en serio. Pero, las chicas nos enamoramos de lo que nos dicen, ya sabes. Y eso es lo que me paso. Cada día que hablábamos me iba a dormir con una sonrisa. Porque, aunque nuestras conversaciones fueran estúpidas, a mi me gustaban. Me hacían sentir bien. Parecía que te preo...
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