Me consumes, como el fuego a esta vela. O como si fuese un cigarrillo entre tus labios, y es irónico porque aquí la droga siempre has sido tú. No se como en tan poco tiempo hemos podido llegar tan lejos, pero ahora tú te alejas en una dirección distinta de la que me alejo yo. Y quizás ya te habrás dado cuenta de que la distancia no nos hace olvidar, si no recordarnos mas fuerte, con más fuerza de la que necesitamos para rompernos. La distancia lo único que hace es aumentar las ganas que tenemos de querer mordernos la boca al besarnos, como si nos vengásemos así de las circunstancias. Pero nada de eso. Ha llegado septiembre y ha sido como ese punto y final que ninguno de los dos se atrevía a escribir. Ha llegado septiembre y es como si se hubiese ido todo lo demás. Solo espero que estés bien, o que no lo estés tanto; sin mi.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
Precioso.
ResponderEliminarSi es insalvable la grieta
ResponderEliminarpor los pendientes asuntos,
te invito a que hagamos juntos
el amor y tu maleta.
Y si en la torpe e indiscreta
despedida te maldigo,
tu me dirás, como amigo,
colgando un beso en mi boca:
-¡Cállate, mi dulce loca,
ven y olvídate conmigo!
Por Carmen Teresa Macareño
@_Catemay
Qe hermooosooo
ResponderEliminarPense que era un libro :'(
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