Sé que no me conviene, pero quiero que vuelvas. Necesito que me hables y que me digas esas cosas que tanto me gustaban. Que me saques sonrisas y mi madre me vuelva a preguntar haber quien las consigue tan bonitas. Y es que a mi me basta con eso. No pido mucho. Tus palabras ya me hacen feliz sin necesidad de nada más. Y esto debería acojonarme, que con tan poco me hagas sentir tanto. Pero me da igual, contigo me sirve todo. Porque ya eres parte de mi. Nunca pensé que podrías llegar tan al fondo. Tan dentro de mi, como nadie más ha llegado. Y fíjate que siempre he sido de querer demasiado, de darlo todo sin que nadie quiera recibirlo. Que hubo también otros que se me quedaron clavados y me hirieron, pero tú has conseguido sacarlos y curarme el dolor de las cicatrices. Créeme que esto tiene merito, al menos para mi. Y solo es una de tus muchas hazañas. Como lo de cambiarme el estado de animo en unos segundos. Lo de hacer que mi capacidad de obsesión (que ya era alta) aumentara considerabl...