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Mostrando entradas de mayo, 2013

La historia de mi vida

Nunca había sido demasiado sociable. Pasar mucho tiempo sola en su habitación, escribiendo o pensando, no la incomodaba. Cuando era pequeña, en el colegio apenas hablaba con sus compañeros. Tenía miedo de destacar por cualquier cosa, de ser diferente, de llamar la atención. No quería ser el centro de todas las miradas, no quería cometer errores. A decir verdad, nadie le hablaba a menos que fuera necesario. Ella era ese elemento discordante e incomprensible que debía ser ignorado. No le parecía justo. Si hubiera hecho algo malo, quizás se merecería que la excluyeran y la juzgaran. Pero no era así. La gente que la rodeaba no intentaba comprenderla. Solo sentían aversión hacia ella. Todos la consideraban un estorbo y opinaban que sobraba. No entendían que cada persona es como es, que la gente tímida también tiene derecho a existir. 

Y, de nuevo, estamos en las mismas.

Todo vuelve. Parece mentira, pero estamos en el mismo punto. Aparecen de nuevo todos los sentimientos, sensaciones y miedos de hace un año. Y quien nos lo iba a decir. Volvemos a vernos frente a las mismas situaciones, a ocasiones que nos resultan familiares. Y, como no, parece el principio de algo. Pero, no es el principio, ni mucho menos el final. Esto es algo a lo que ya me debería haber acostumbrado, lo sé. Y soy la primera que se alegra, la primera que lo celebra. De verdad que me hace realmente feliz ver como algunas personas reciben lo que se merecen desde hace tiempo, que por fin se haga justicia y que la gente se dé cuenta de lo que de verdad es importante. Me gusta ver como la vida se ríe de ciertas personas, que se dan de bruces contra sus peores pesadillas y ver como la cantidad de gente falsa que se reúne a mi alrededor poco a poco se va descubriendo a sí misma, y dejándose en ridículo. Porque da igual lo claras que tengan las cosas, esta vez no han tenido razón, y espero

Esto, joder.

“Que va tío. Nunca le haría daño. Ella es todo lo que siempre he querido. En ella encontré lo que siempre he buscado, sin saberlo. Tal vez pienses que es una tontería. Pero me llena. Cuando estoy con ella es, no sé, como si todo estuviera en su sitio, como si mi vida empezara a ir bien por primera vez en años. Joder, que su puta sonrisa me puede. Te juro que cuando sonríe el mundo entero me la suda, la quiero solo para mí. ¿Y cuándo se pone roja? Cuando le sale ese punto de timidez que tiene, cuando se pone nerviosa y no le salen las palabras. Es adorable. Solo cuando te ganas completamente su confianza es realmente ella, y no sabes lo increíble que resulta. Tú nunca lo comprenderás, pero ella me gusta así, como es, y todas sus manías y sus tonterías me hacen sentir un poco más vivo. No sé, cada día estoy más loco por ella. Me gusta tenerla cerca, agacharme para abrazarla y llamarla pequeña. Que nuestras bobadas me hacen el chico más feliz del mundo y te juro que no hay ni una sola mañ

Ojala

"Soy como un libro. Aparentemente aburrido. Fácil de echar a un lado. No te das cuenta de si está o no ahí; pero una vez que lo abres, te das cuenta, por cada página, que escondo un secreto, que no soy como pensabas, y que soy mucho mejor que las personas me quieren echar abajo. Que tengo magia, que tengo imaginación, que estoy llena de inspiración y llena de acertijos, que soy un misterio, pero no lo sabes, porque soy esa clase de libros que nadie lee."

Días malos

Las malas épocas existen. A veces duran una hora, un día, una semana o un mes. Algunas incluso más. Todos pasamos por momentos en los que pensamos que todo lo que nos rodea es una absoluta mierda. Todos. Y quien diga lo contrario, miente. No se puede estar siempre feliz. Yo me considero una persona feliz. Lo soy, pero tengo días muy malos. Días en los que todo me irrita, en los que odio a todo el mundo y en los que lo que más deseo es irme a dormir, meterme en la cama y pensar, imaginarme los cuentos de cada noche. Y reconozco que acabo de pasar una semana horrible. Y al final, ¿Quién ha estado a mi lado? Los de siempre. La gente que me alegra estas épocas, que me escuchan y se preocupan por mí. Que con una sonrisa ya me hacen estar mejor, aunque estemos lejos y no les vea cada semana. Pero, no con todos es lo mismo. A veces, la gente que ves a diario, la que promete mucho; no cumple nada. No lo digo en general, entiendo que todos tenemos problemas y que no pueden preocuparse siempre p

2 A.M

S on las dos de la madrugada. Y aquí sigo como todas las noches sin parar de pensar en ti. Como desde el principio, como desde el comienzo, sigues siendo mi desvelo. Mi razón más real, la casualidad de mi vida, el motivo por el que creo en el destino. Personas que me quieren y valoran, personas en las que confió más que en mi misma, me han gritado ya muchas veces que soy gilipollas por seguir reteniéndote en mi mente. Y el corazón todavía me duele. Mejor dicho, nunca me ha dejado de pedir a gritos piedad. Por eso, sigue cada día rogándome que le deje funcionar correctamente, sin el jodido recuerdo de tu nombre. Pero, yo soy la que vive con una presión constante en el pecho. Yo soy la que pasa estas frías madrugadas debajo de mis sabanas sin alejarte ni un instante de mi memoria, autodestruyéndome poco a poco. Yo soy la que contemplo mi reflejo cada día frente al espejo teniendo la absoluta convicción de que tú odias todo esto, de que cada parte de mí nunca será lo suficientemente buen

La generación orgullosa de su estupidez.

¿Sabes que pasa? Que ya a nadie le importan las cosas básicas. Ya nadie busca un amor de película o de libro, la vida nos a echo ver lo irreal que es todo ese mundo. Porque pertenecemos a esa generación de desconocidos que se han visto dormir y de parejas que nunca soñar. A esa generación que esta a favor de los vicios. Que estamos orgullosos de cada putada, de cada insulto, de cada ostia que le damos a la vida. Orgullosos de nuestras acciones mas inhumanas. Y por eso nos besamos como inconscientes, para sentirnos vivos, para creer que somos valiosos, para tener cosas que contar a alguien cualquiera. Nos gusta complicarnos la vida, en el fondo todos somos muy masoquistas y no podemos vivir sin problemas, porque creemos que así nuestra existencia estaría vacía. El daño, nos lo creamos nosotros mismos, pensando y pensando; hasta que llega ese momento en el que creemos que no damos mas de nosotros, que hay que hacer un parón, que las cosas no pueden seguir el mismo camino. Al fin y al cab

Llamame niña

Sé que no es fácil entenderme, sé que construyo castillos en el aire, sé que a veces dan ganas de matarme. Sé que muchas veces resulto insoportable, que vivo en mis cuentos y no hay quien me saque, que me pongo a hablar y no hay quien me calle. Sé que de un segundo a otro cambio de opinión, que con mis sentimientos no me aclaro ni yo, que no digo nada que alguien no haya dicho ya. Sé que me ahogo en un vaso de agua, que me aferro a lo que me invento para no tener que mirar a la cara de la realidad, para no tener que enfrentarme a la vida... Pero ¿cómo no quieres que crea en la magia si la veo, la siento y la llevo muy dentro desde hace tanto tiempo? Cuando miras hacia arriba y sientes cómo el cielo roza tu nariz, cuando irrumpe en tu piel el sol para darte calor, cuando te hace llorar una canción, cuando tienes siete sonrisas tan bonitas a tu alrededor, cuando ríes tanto que se te acelera el corazón, cuando la intensidad llama a la puerta de tu habitación, cuando encuentras algo que ni