¿Y quien me lo iba a decir? Era tan fácil alejarte de mi. Sacarte de mi cabeza de una vez por todas, aceptar al fin la realidad y conseguir superar todo el daño causado a lo largo del tiempo. Por fin, te he olvidado. Y, esta vez es de verdad. Ya no tendré que mentir cuando me pregunten por ti. Tan solo he necesitado cuatro años, muchos consejos y, como no, otro clavo. Un clavo saca a otro clavo, según dicen. Pongo la mano en el fuego afirmándolo, mi clavo mas profundo ha logrado salir. Parece una especie de milagro. Todavía apenas me lo creo. Quiero gritar a los cuatro vientos que ya no significas nada para mi, que se acabaron todas las noches de pensar en ti, de mirarte en clase y suspirar. Pero siempre te recordare con cariño, como no. Al fin y al cabo, eres y seras mi primer amor. Y me has dejado marcada. Eso nadie lo puede cambiar, me acordare de ti el resto de mi vida. Ahora toca lidiar con los siguientes clavos, esperemos que ninguno se hunda en mi tanto como tú.
Escribir sobre ti me resulta tan complicado... ¿Cómo podría explicarte, que la realidad en tus ojos me refleja, y me asusta, y me acojonas cada vez que creo ver que realmente es a mí a quien miras y no a una imagen estereotipada de un personaje ficticio? Tú no eres ningún personaje, tú eres simplemente.... todo lo que mi corazón ha buscado desde el mismo instante en que bombeó la primera ráfaga de sangre a todo mi cuerpo. Porque cada uno de mis textos te los he escrito a ti sin haberte conocido, y sin embargo, hoy tiene nombre y apellidos. Tiene los ojos más intensos que jamás he mirado. Tiene el cuerpo y las medidas perfectas para hacerme perder el Norte, el Sur, y cualquiera de mis puntos cardinales. Tiene la boca con el nombre del pecado que cometería cada segundo de mi vida. Tú no eres veneno.. eres una droga deliciosa por la que morir de sobredosis. Eres la conjugación que une el Invierno y la Primavera. Puedo ser lo que quieras que sea pero sobre t...
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