Dejar de escribir por alguien, y empezar a hacerlo únicamente
para ti. Que para algo nos tenemos a nosotros mismos; y seguro que nos
merecemos más versos que la mayoría de las personas a las que les hemos
dedicado párrafos y textos. Pero, desde luego, lo escrito perdura; para no
volver a cometer los mismos errores. Y cuando hablo de errores, hablo de
personas. Personas que recuerdas al irte a dormir, al pasear por esa calle, o
al escuchar una canción concreta. Otras que a lo mejor desearíamos no haber
conocido nunca, y otras que quizás habrían marcado tu vida si hubieran llegado
antes o después, pero nunca en el momento en el que aparecieron. También están
esas personas a las que siempre vas a volver, esas que te hacen sentir en casa
con solo mirarlas y que son tu verdad porque su risa es la única melodía que
querrías seguir escuchando durante toda tu vida. Personas que, al fin y al
cabo, han hecho que seas como eres hoy. Siempre he creído que escribir sobre
alguien es darle demasiada importancia. Y no todos se merecen ese honor. Dicho
queda. O mejor, escrito queda.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
Totalmente de acuerdo, escribir para uno mismo siempre será igual de importante. Muy buen blog!
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