Cuando perdemos a alguien, no solo perdemos a esa persona. También perdemos una parte de nuestra vida, de nuestro propio ser. Perdemos una época. Cuando perdemos a alguien, nos acordamos de lo que hemos sido con esa persona, de como hemos sido. Y es entonces cuando nos damos cuenta de que eso que hemos sido, se a muerto también. Para siempre. Esa persona que eramos antes se ha ido. Nos damos cuenta de que una parte de nuestra vida se a ido, ha huido de nosotros. Nos percatamos de lo poco que nos queda.
Escribir sobre ti me resulta tan complicado... ¿Cómo podría explicarte, que la realidad en tus ojos me refleja, y me asusta, y me acojonas cada vez que creo ver que realmente es a mí a quien miras y no a una imagen estereotipada de un personaje ficticio? Tú no eres ningún personaje, tú eres simplemente.... todo lo que mi corazón ha buscado desde el mismo instante en que bombeó la primera ráfaga de sangre a todo mi cuerpo. Porque cada uno de mis textos te los he escrito a ti sin haberte conocido, y sin embargo, hoy tiene nombre y apellidos. Tiene los ojos más intensos que jamás he mirado. Tiene el cuerpo y las medidas perfectas para hacerme perder el Norte, el Sur, y cualquiera de mis puntos cardinales. Tiene la boca con el nombre del pecado que cometería cada segundo de mi vida. Tú no eres veneno.. eres una droga deliciosa por la que morir de sobredosis. Eres la conjugación que une el Invierno y la Primavera. Puedo ser lo que quieras que sea pero sobre t...
Comentarios
Publicar un comentario