Me cuentan tus pestañas que hubo alguien que te rompió en el pasado. Que lleno tus noches de invierno de felicidad mezclada con sonrisas, y las de verano de lágrimas. Alguien que pasó por alto toda la magia que desprendes cada vez que suspiras y quiso llenar tu vida de menosprecios y tiempo perdido. Un imbécil. Pero no. Yo me niego a que por su culpa, culpa de una persona que vino y se fue, tú te quedes anclada en unos recuerdos que no te dejan avanzar. Es un quiero y no puedo. Es un esperar eterno en el que nadie merece vivir. Y no me necesitas a mi para curarte. Te bastas y te sobras para tener una vida llena por ti misma. Eres una mujer completa y fuerte.
Escribir sobre ti me resulta tan complicado... ¿Cómo podría explicarte, que la realidad en tus ojos me refleja, y me asusta, y me acojonas cada vez que creo ver que realmente es a mí a quien miras y no a una imagen estereotipada de un personaje ficticio? Tú no eres ningún personaje, tú eres simplemente.... todo lo que mi corazón ha buscado desde el mismo instante en que bombeó la primera ráfaga de sangre a todo mi cuerpo. Porque cada uno de mis textos te los he escrito a ti sin haberte conocido, y sin embargo, hoy tiene nombre y apellidos. Tiene los ojos más intensos que jamás he mirado. Tiene el cuerpo y las medidas perfectas para hacerme perder el Norte, el Sur, y cualquiera de mis puntos cardinales. Tiene la boca con el nombre del pecado que cometería cada segundo de mi vida. Tú no eres veneno.. eres una droga deliciosa por la que morir de sobredosis. Eres la conjugación que une el Invierno y la Primavera. Puedo ser lo que quieras que sea pero sobre t...
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