Ni una sola palabra, no más besos al alba. Esto se acaba aquí, no hay manera ni forma de decir que si. Solo tu y yo. Por una vez, sin nadie más. Solo las cosas que nunca nos hemos dicho. Sin tus prisas, sin todo lo que te impide estar conmigo. Siento volverte loco. Aunque no niego que me encantan nuestras tontas discusiones por cualquier cosa. Intento vivir, en el silencio de que lo eres todo. Me hundo cuando te vas, revivo cuando vuelves. Aquí, por ti, me pierdo en un mar de dudas. Como decirte que me imagino una vida a tu lado antes de dormirme, y después sueño contigo. Que todo me recuerda a ti, todo aquí es parte de ti. Las calles, las aceras, los arboles, la gente, el aire, el viento... En todo estas tú. Siempre me arrepentiré de no poder decirte todo esto. No queda valor para decirte que eres lo más importante del mundo para mi. Pasa el tiempo, y nada nuevo. Solo somos, dos. Y, no sospechas nada. Solo quedan las bromas de siempre, solo te digo la verdad de esa forma. Entre broma y broma, la verdad asoma, como dijo alguien. Por favor, date cuenta ya de que no puedo negarte nada, que lo doy todo por ti, que quiero tener tu boca.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
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