¿Sabes cuál es el pronombre
personal que debería tener el papel más importante en tu vida? ¿Y el que
primero se nos olvida? Tú. Muchas veces te dejas en el último lugar, y no te
das cuenta de que solo tú sabes realmente quien eres. Porque tú, eres el único
que sabe que te motiva cuando te despiertas. Él que se marca las metas y las cumple,
el único que conoce que canciones te hacen querer comerte el mundo, quien
disfruta de los pequeños placeres y de los pequeños detalles. La única persona
que sabe cuando el espejo te dice la verdad y cuando te miente. Él que sabe cómo
te sienta hacerte un año más vieja, el que vive los días de lluvia en tu piel.
Quien sabe cuáles son las historias que te hacen perder la cabeza, él que conoce
el verdadero sabor de tus lagrimas. Tú, eres él que soporta el sonido de tu
horrible despertador cada vez que te despierta, quien tiene la capacidad de
decidir que es mejor reírse de los problemas y buscarles soluciones. Eres el
único capaz de valorar lo que hay en tu vida. Y si, los demás pueden
averiguarlo, pero solo tú lo sabes a ciencia cierta, son tus pequeños secretos.
Por estos, y por un millón de motivos más, deberías estar orgulloso de ti. Por
si no te acuerdas, por si no quieres acordarte, y porque no hace falta ser el
mejor para ser bueno, permite que te lo diga yo, eres increíbles. Así que por
favor, que se pare el mundo, que este brindis, va por ti.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
Comentarios
Publicar un comentario