Esta claro, la vida no es justa. Nunca sera justa. Las buenas personas son las que más sufren en este mundo de mierda. Que hay gente que de verdad merece la pena, gente que es grande, muy grande. Gente que no podría dejar de querer nunca, ni en mil vidas. Tu, pequeña, eres una de ellas. Porque, aunque tu no lo sepas, eres especial. Eres única, y sé que no hay nadie como tú en todo el puto planeta. Que tu sonrisa vale más que nada, y que cuando estamos juntas se para el mundo. Y siempre sera así. Que me alegro muchísimo de tenerte en mi vida, todas nos alegramos de tenerte. De verdad que no se que haría sin ti. Porque tu no me juzgas. Porque tú me respetas, tú me comprendes y tú nunca te marchas. Porque eres buena, porque sabes escuchar y porque vas de cara. Porque contigo he pasado grandes momentos, porque confiamos la una en la otra y porque somos una. Porque nos ayudamos, nos apoyamos, nos reímos y, sobretodo, porque nos queremos. Porque eres muy grande, pequeña. Y por eso yo voy ha estar hay. Siempre. Y, sé que seguirás adelante, aunque sea duro. Sé que tendrás días horribles, que te dolerá , que no podrás ni llorar. Pero te juro que todos esos días cuando necesites unas palabras de animo, yo voy a estar hay. Porque, se que tú eres fuerte. Eres la persona más fuerte y más inteligente que conozco. No lo olvides cariño, tienes que ser fuerte, por él.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
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