Aprende de todas esas noches que pasamos por ahí, creyendo que nada puede romper la armonía. Deja de analizarlo todo, somos tú y yo. Y no importa lo demás. Solo quiero estar contigo. Decirte tantas cosas, planes de futuro, acciones del pasado, hablarte sobre mi vida. Que tu escuches, si, me escuches. Que te rías con mis estúpidos errores tontos de ese ayer, pero que sepas cuando tienes que estar serio. Debes saber que a veces digo cosas de cierta manera, como si no me importaran nada, como si solo fuera un tema de conversación. Te estoy pidiendo que entiendas que me importa más de lo que le hago creer a la gente, que debajo de esa coraza de que me da igual, realmente lo he pasado mal. Que puedo estar diciendo con una sonrisa y una carcajada; que él lo fue todo, que me arruino la vida y que he aprendido la lección. Tienes que comprender que te estoy mintiendo, que solo quiero hacerme la fuerte. Que todavía no se han curado las heridas de “ese ayer”, como me gusta llamarlo. Y, solo necesito a alguien que lo entienda. ¿Sabes? A veces lo echo de menos. Como me decía todas esas estupideces, como me amargaba y alegraba los días a la vez. Y cuando yo le quería tanto. Definitivamente, si, “ese ayer” me dejo marcada. Tal vez llegue el día que lo recuerde con cariño. Dentro de más tiempo, eso seguro. Ahora solo quiero contarte todas las cosas que pasaron, todos los días que se quedaran en el baúl de los recuerdos.
Escribir sobre ti me resulta tan complicado... ¿Cómo podría explicarte, que la realidad en tus ojos me refleja, y me asusta, y me acojonas cada vez que creo ver que realmente es a mí a quien miras y no a una imagen estereotipada de un personaje ficticio? Tú no eres ningún personaje, tú eres simplemente.... todo lo que mi corazón ha buscado desde el mismo instante en que bombeó la primera ráfaga de sangre a todo mi cuerpo. Porque cada uno de mis textos te los he escrito a ti sin haberte conocido, y sin embargo, hoy tiene nombre y apellidos. Tiene los ojos más intensos que jamás he mirado. Tiene el cuerpo y las medidas perfectas para hacerme perder el Norte, el Sur, y cualquiera de mis puntos cardinales. Tiene la boca con el nombre del pecado que cometería cada segundo de mi vida. Tú no eres veneno.. eres una droga deliciosa por la que morir de sobredosis. Eres la conjugación que une el Invierno y la Primavera. Puedo ser lo que quieras que sea pero sobre t...
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