Estoy hasta los cojones de todo y de todos. No lo comprendo.
Yo siempre intento ser buena persona, ayudar a los demás, que todos sean felices
aunque yo me tenga que joder. Pero, claro, nadie se fija en eso. Se fijan en
todo lo que hago mal, en todos los pequeños errores que cometo, porque claro,
soy humana, no puedo evitarlo. Hacen mundos de esos errores, me culpan día tras
día por ellos, como si los suyos fueran insignificantes en comparación. Hacen
que me sientas una mierda, hacen que me crea que no valgo nada y que si no estuviera
no notarían mi falta. Me doy cuenta de lo poco que me necesitan y quiero
morirme. No lo aguanto, ¿para esto sirve ser buena? ¿No decían que las personas
amables y que ayudaban a los demás, siempre llegaban lejos? Y lo que me jode es
que, ya no puedo cambiar, seguiré intentando ayudar, intentado que todos sean
felices, aunque para ello tenga que echar mi vida por la borda. Lo sé, porque
aunque todo me vaya mal, creo que sería menos feliz si dejara de hacerlo.
Escribir sobre ti me resulta tan complicado... ¿Cómo podría explicarte, que la realidad en tus ojos me refleja, y me asusta, y me acojonas cada vez que creo ver que realmente es a mí a quien miras y no a una imagen estereotipada de un personaje ficticio? Tú no eres ningún personaje, tú eres simplemente.... todo lo que mi corazón ha buscado desde el mismo instante en que bombeó la primera ráfaga de sangre a todo mi cuerpo. Porque cada uno de mis textos te los he escrito a ti sin haberte conocido, y sin embargo, hoy tiene nombre y apellidos. Tiene los ojos más intensos que jamás he mirado. Tiene el cuerpo y las medidas perfectas para hacerme perder el Norte, el Sur, y cualquiera de mis puntos cardinales. Tiene la boca con el nombre del pecado que cometería cada segundo de mi vida. Tú no eres veneno.. eres una droga deliciosa por la que morir de sobredosis. Eres la conjugación que une el Invierno y la Primavera. Puedo ser lo que quieras que sea pero sobre t...
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