¿Qué te
quiero? No, no solo es eso, es mucho más, creo que esa palabra no se acerca ni lo más mínimo a lo que siento por ti, a todas
las sensaciones que pasan por mi cuerpo cada vez que te veo, ni a todas las
sonrisas que te dedico al día, ni a todo lo que estaría dispuesta a dejar por ti,
ni tampoco al papel que ocupas en mi vida, ni mucho menos al tiempo que me gustaría
estar a tu lado. Parece increíble
lo mucho que te puede llegar a importar alguien ¿No es así? Como te comes la
cabeza, te rayas, te deprimes, te haces mil preguntas y todas sin respuesta,
porque ciertamente, nadie las puede responder. Y no poder quitártelo de la
cabeza, es insoportable pero a la vez fascinante. Querer estar con esa persona
en cada cosa que haces y pensar “Ojalá estuviera ahora aquí, conmigo”, querer a
alguien. Tener miedo. Y por mucho que intenten entender lo importante que es
para ti esa persona, no lo entenderán, jamás lo harán como tú lo haces. Porque, siempre habrá alguien que aunque no quieras,siempre será tu debilidad, que si te sonríe tú sonreirás, que si te habla, tú contestaras, y si te necesita, tú seguirás estando ahí.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
Comentarios
Publicar un comentario