Tengo la manía de aferrarme a personas que no quieren quedarse. Y me acojona pensar que me vaya a pasar siempre. Vivo con un miedo atroz a que nadie se quede hasta el final junto a mi, a que todas las personas que hoy son mi mundo desaparezcan de mi vida, a que todos me abandonen, poco a poco. A diario tengo la jodida sensación de que da absolutamente igual lo que haga, siempre va a ver algo o alguien mejor que yo a la vuelta de la esquina, por el que resulte fácil cambiarme. Ese es mi mayor miedo: que toda la gente a la que quiero y aprecio acaben sustituyéndome por personas que crean más validas para sus vidas. No quiero que mi vida gire en torno a echar de menos a una interminable cadena de personas que se fueron sin mirar atrás.
Escribir sobre ti me resulta tan complicado... ¿Cómo podría explicarte, que la realidad en tus ojos me refleja, y me asusta, y me acojonas cada vez que creo ver que realmente es a mí a quien miras y no a una imagen estereotipada de un personaje ficticio? Tú no eres ningún personaje, tú eres simplemente.... todo lo que mi corazón ha buscado desde el mismo instante en que bombeó la primera ráfaga de sangre a todo mi cuerpo. Porque cada uno de mis textos te los he escrito a ti sin haberte conocido, y sin embargo, hoy tiene nombre y apellidos. Tiene los ojos más intensos que jamás he mirado. Tiene el cuerpo y las medidas perfectas para hacerme perder el Norte, el Sur, y cualquiera de mis puntos cardinales. Tiene la boca con el nombre del pecado que cometería cada segundo de mi vida. Tú no eres veneno.. eres una droga deliciosa por la que morir de sobredosis. Eres la conjugación que une el Invierno y la Primavera. Puedo ser lo que quieras que sea pero sobre t...
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