No soy una persona perfecta, hay muchas cosas que desearía no haber echo. Pero aun sigo aprendiendo. Nunca quise hacerte daño. Así que tengo algo que decirte antes de irme. Solo quiero que sepas... encontré una razón para mi, para cambiar lo que solía ser. Una razón para empezar de nuevo. Y la razón eres tú. Siento haberte lastimado, es algo con lo que tendré que vivir siempre. Y todo el dolor por el que te hice pasar, desearía poder borrarlo. Y ser el que limpie todas tus lagrimas. Por eso necesito que escuches. Encontré una razón para mi, para cambiar lo que solía ser. Una razón para empezar de nuevo. Y la razón eres tú. Eres tú. Encontré una razón para demostrar un lado de mi que no conocías. Una razón para todo lo que hago. Eres tú.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
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