Sigo esperando, lo ideal. No quiero ser esa chica de un día, no quiero que me pase lo que a tantas. No quiero ser un beso y un hasta nunca. Quiero ser un siempre, o al menos un “mucho tiempo”. Es una promesa que me hice a mí misma, tiempo atrás. Tampoco me respeto mucho, será fácil romperla. No quiero hacerlo, pero es lo que va a acabar pasando. No aguanto esta inmensa espera, querer que alguien me quiera. Habrá un punto en el que la vida va a decirme: Ahora o nunca. Y las dos cosas me dan tantísimo miedo… Miedo de que nunca nadie me quiera, miedo de que solo me quieran un día.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
Me encanta esta entrada, verdadermanete describe lo que muchas adolescentes de hoy en día sentimos.
ResponderEliminarPD: Me encanta tu blog, es una lástima que no tengas el gadget de subsciptores por ahí, yo también tengo uno, pero ni por asomo tan bueno como el tuyo, ánimos sigue así que tienes talento ;)http://freedomfrall.blogspot.com.es/
Muchísimas gracias, ahora mismo me paso por el tuyo :)
ResponderEliminar