Que lo sepa el mundo entero, e decidido esperar. Se acabo eso de pensar que no llegara nunca mi príncipe azul. Aparecerá. Todavía tengo la esperanza de que si. Algún día, el menos pensado, aparecerá. Y, ya que e esperado más de la cuenta, exijo algunas cosas. Lo primero, que nuestra historia sea mejor de lo que nunca e imaginado. Que, cuando acabe, piense: "no me arrepiento de nada". Que dure todo lo que se pueda, aunque yo soy de las que dicen que es mejor la calidad que la cantidad. También, puestos a pedir, que nos queramos a morir. Y a matar. Que sea un amor de esos, de primavera, verano, otoño e invierno. Que pase lo que pase, venga lo que venga, ahí sigamos. Que seamos felices juntos, eso sobre todo. Sé que pido demasiado, pero también llevo esperando mucho tiempo, y se que me queda todavía mucho. Así que, destino, solo te pido eso. Escúchame por una vez.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
Comentarios
Publicar un comentario