Me encanta que me digas ese tipo de cosas. Esas que me hacen feliz, que hacen que me ponga contenta, y es que alegras mis días con unas pocas palabras. Si, así sin mas. Ni te lo imaginas, flipas un rato, lo se. Quien nos lo iba a decir. Tu y yo. Si, es raro. Que fácil es ser feliz, en realidad, a tu lado. Estemos donde estemos. Cambien lo que cambien las cosas. Estamos por encima de eso, ¿no? O eso decíamos en los días buenos. Quien sabe. Tal vez, después de todo, estemos echos el uno para el otro. Dos personas tan diferentes, tan cambiantes. No se puede saber donde acabara todo esto. Tampoco si algo pasara. Pero esperemos llegar a algo.
Escribir sobre ti me resulta tan complicado... ¿Cómo podría explicarte, que la realidad en tus ojos me refleja, y me asusta, y me acojonas cada vez que creo ver que realmente es a mí a quien miras y no a una imagen estereotipada de un personaje ficticio? Tú no eres ningún personaje, tú eres simplemente.... todo lo que mi corazón ha buscado desde el mismo instante en que bombeó la primera ráfaga de sangre a todo mi cuerpo. Porque cada uno de mis textos te los he escrito a ti sin haberte conocido, y sin embargo, hoy tiene nombre y apellidos. Tiene los ojos más intensos que jamás he mirado. Tiene el cuerpo y las medidas perfectas para hacerme perder el Norte, el Sur, y cualquiera de mis puntos cardinales. Tiene la boca con el nombre del pecado que cometería cada segundo de mi vida. Tú no eres veneno.. eres una droga deliciosa por la que morir de sobredosis. Eres la conjugación que une el Invierno y la Primavera. Puedo ser lo que quieras que sea pero sobre t...
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