No te quejes de que no tienes novio, porque hay personas ahí fuera que no tienen familia. Mientras tú estás diciendo que eres fea, alguien está deseando ser tan hermosa como tú. Tú te quieres morir y hay gente luchando por sobrevivir. Cuando tú esperas millones de regalos bajo el árbol de navidad; hay gente que daría cualquier cosa por tener un simple árbol de navidad, o algo que celebrar. Tú quieres el último modelo de Blackberry, cuando hay millones de personas que no saben ni lo que es un móvil. Quieres vivir más de los 100 años, cuando hay niños por todo el mundo muriendo de hambre a los pocos meses de nacer. Mientras tú les pides más paga a tus padres, hay gente muy pobre. Cuando tú te quejas de que la poca ropa que tienes, hay alguien buscando cualquier cosa para abrigarse. Tú te quejas de que no has ligado en una fiesta, cuando hay personas que darían lo que fuera por ir a una, solo para pasarlo bien. Tú estás cabreada por no encontrar el vestido adecuado, mientras hay chicas por alguna parte que jamás se podrán permitir uno. Tú te quejas de no encontrar el amor, cuando hay niñas a las que les obligan a casarse a los nueve años. Tú te sientes gorda, cuando hay mujeres que quieren ser tan delgadas como tú. Nunca te quejes de lo que tienes porque hay mucha gente ahí fuera a la que le gustaría tener todo por lo que tú tienes.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
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