No te entiendo. De verdad que no. Vas diciendo que los demás son unos Falsos, cuando la única falsa aquí eres tú. Críticas a TODO DIOS, lo sabes bien. Y, perdona que sea yo quien te lo diga, pero poner caras de asco y lanzar indirectas, no es decir las cosas a la cara ni mucho menos. Porque, si, tu sabes lazar muy buenas indirectas. SIEMPRE las dices. Y, no sabes cómo odio cuando dices las cosas para hacerte importante. Mira, me da igual con quien salgas, con quien hables y lo que te haya dicho. No intentes quedar bien, porque siendo como eres, solo vas a conseguir que todos te odien.
Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar,...
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